Decoración en balance: descanso y diversión no están peleados

Para embellecer una habitación hay dos claves: moderación e imaginación. De encontrar el balance entre ambas dependerá el éxito del proyecto decorativo. Es por eso que si hablamos del dormitorio de tu hijo, nos referimos a su universo particular dentro de la casa. Esta es la razón por la que, al elegir la decoración, deberás considerar sus gustos y permitirle participar en ella hasta cierto punto.

Para lograr un acuerdo, puedes pedirle que proponga una temática; ya sea un castillo o bosque encantado, una pista de carreras o escenario alusivo al deporte de su preferencia. Otras inspiraciones podrían ser un parque jurásico, el mar con sus especies reales y mitológicas o un safari lleno de animales salvajes.

Parecerá un lugar común, pero pese a las tendencias que determinan ciertas direcciones en la manera de personalizar los espacios, las fronteras en decoración de interiores están marcadas por la imaginación y el gusto personal.

En este sentido, debes tener presente que el objetivo primordial de la habitación es el descanso y luego las actividades de estudio y recreación. Para lograr este propósito es necesario que las prioridades se mantengan en orden, de modo que la estadía en el cuarto permita a tus hijos recobrar la energía invertida en sus actividades diarias, estudiar y hacer los deberes y, finalmente, jugar y relajarse.

Mantener este equilibrio no es fácil, pero tampoco es imposible: el arte está en procurar el orden y la limpieza; evitar la saturación de objetos, los muebles demasiado grandes, las pantallas de televisión y consolas de video juegos, así como los colores estridentes en el interior.

Para ello es aconsejable un mobiliario sencillo y en proporción a las dimensiones del cuarto; también prestar atención a condiciones ambientales como una iluminación y ventilación adecuadas y vigilar que los juguetes y elementos decorativos no abarquen por completo el espacio.

En cuanto a la ropa de cama, lo ideal es optar por un juego de sábanas blancas, en tonalidades crudas o en gradaciones claras de azul, verde o gris, por ser colores que promueven el descanso.

Si has leído hasta aquí, seguramente te preguntarás cómo añadir un toque de personalidad a una decoración tan sobria. La respuesta es sencilla: basta con agregar un acento de color en uno de los muros, colocar cojines de distintos colores y formas, lámparas divertidas o unas cortinas para recámara con estampados acordes a la temática que hayan elegido.

Author: escritor

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