“Mamá, Papá, soy gay”

Por Bianca Manrique López Psicoanalista

¿Cómo reciben los padres una comunicación de esta naturaleza? Habitualmente – y en el mejor de los casos – con un enorme desconcierto. 

Todos los papás deseamos lo que consideramos mejor para nuestros hijos y frecuentemente ello incluye todo aquello que está considerado dentro de la “normalidad”; la heterosexualidad cae dentro de esos parámetros, así que cuando un hijo comunica a sus padres que es o cree que puede ser homosexual, éstos suelen reaccionar intensamente con confusión, enojo, temor, tristeza, preocupación, entre otros sentimientos.

La adolescencia es una etapa llena de complejidades en la que tienen que realizarse un buen número de tareas y una de las más importantes es la definición de la identidad, lo que incluye a la orientación sexual. En el transcurso de esta definición hay una fase normal y transitoria en la que puede haber fantasías, acercamientos e incluso experiencias homosexuales, lo que puede generar muchas dudas en los adolescentes con respecto a si son o no homosexuales. Esto quiere decir que si nuestro hijo nos comunica que es gay, esto no es necesariamente cierto. Sin embargo, fuera de esta fase transitoria, si la atracción por miembros del mismo sexo es algo persistente o se ha presentado desde antes de la adolescencia, entonces probablemente si estemos hablando de homosexualidad.

Las causas de la definición homosexual no han sido especificadas, la identidad sexual se construye a lo largo de todo el desarrollo, pero se consolida en la adolescencia y es por esto que es común que los individuos se percaten de su homosexualidad en esta etapa. No obstante, en muchas ocasiones, el descubrimiento queda encubierto por el miedo a la respuesta familiar y social y los jóvenes se encuentran enfrentándose solos a una situación por demás difícil, ya que implica el temor a sentirse diferentes, culpabilidad, preocupación por la reacción de familiares y personas cercanas y en numerosos casos el ser objeto de burlas, insultos, rechazo o agresión.

Es por esta razón que aunque como papá estés experimentando dificultad para aceptar la homosexualidad de tu hijo (a) es muy importante no perder de vista, que el que se haya acercado para decírtelo es un gran paso y requiere de mucho valor y de una relación en la que prevalezca la confianza. El que tu hijo (a) sea homosexual o heterosexual no cambia quién es y el recordar eso posiblemente los ayudará a lidiar con la nueva situación que ahora están enfrentando.

Mantente cerca, trata de conocer y comprender su problemática, de no asegurar que es algo que pasará porque no lo sabes a ciencia cierta, pero tampoco lo tomes como un hecho cerrado porque puede no serlo. Lo más recomendable es que acudan con alguien que pueda orientarlos, no porque la homosexualidad sea una enfermedad que haya que “curar”, sino porque si se trata de un periodo de confusión en el que hay dudas, un profesional cuenta con las herramientas para ayudar a disiparlas y por el contrario, si es ya un hecho irreversible, puede apoyar para afrontar todo lo que circunstancias de este tipo acarrean y para adaptarse a éstas de la mejor manera posible.

 

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Una respuesta a ““Mamá, Papá, soy gay””

  1. rodolfo dice:

    Cuando mi hijo de 21 años nos confesó su verdadera inclinación fue un momento de mucho dolor para mi esposa y para mí… sin embargo él empezó a portarse como verdaderamente es y pudimos llegar a conocerlo, aceptarlo y amarlo aunque debo reconocer que lo más doloroso fue aceptar que no me dolió la verdad sino aceptar que mi hijo jamás cumpliría las expectativas que tenía de él.

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