¡S.O.S: Inicia la adolescencia!

 Escrito por Bianca Manrique López Psicoanalista

¿Últimamente te has preguntado con más y más frecuencia por qué tu hijo(a): está en contra de todo, no quiere hablar contigo, tiene cambios de humor continuamente, se la pasa chateando o hablando por teléfono, quiere cerrar con seguro la puerta de su cuarto, está rebelde y cuestiona todo, ya no quiere ir a las reuniones familiares y cuestiones similares? Si además de esto, continuamente estás pensando en que tu chiquito(a) antes no era así, te tengo una noticia que probablemente te habías resistido a considerar: Lo más seguro es que tu hijo(a) esté entrando a la adolescencia.

Seguramente con la sola mención de la palabra ya debes estar pensando: ¡Auxilio! Pero espera, no te alarmes, adolescencia no tiene por qué ser sinónimo de peligro. Es verdad que es una etapa que contrasta con la relativa tranquilidad de la infancia, pero lo que sucede frecuentemente es que se espera que sea un tiempo de tormenta y estrés y termina por ser una profecía autocumplida.
Comprender qué es lo que sucede con tus hijos en la etapa adolescente puede ayudarte a lidiar con ella. Algunas de las situaciones mencionadas arriba se deben en gran medida a la gran cantidad de cambios físicos, cognitivos, emocionales y sociales por los que pasan los niños al transitar la nueva etapa. Las dos tareas principales de la adolescencia son la separación emocional de los padres (dejar la dependencia) y la definición de la identidad. Ambas implican un conflicto para ellos, ya que por un lado aunque quieren ser independientes, la realidad es que también necesitan mucho de sus padres y por el otro, adquirir una identidad, implica dejar de ser niño, lo que no siempre es fácil.
De esa manera, la rebeldía tan característica de la etapa adolescente es en gran parte un empuje hacia la separación. Piénsalo así, cuando una pareja se ve obligada a separarse pese a sus deseos, lo que frecuentemente sucede es que sólo pueden hacerlo a través del pleito. Lo que normalmente ocurre es que los niños van creciendo y necesitan más libertad y aunque lo desean, a veces los asusta y por su parte, a los padres también les cuesta trabajo dejar que sus hijos crezcan, lo que fácilmente puede desembocar en conflicto.
Así mismo, experimentar tantos cambios y tener que definir una identidad los sume en una etapa de confusión; con nuevas maneras de ver las cosas y sensaciones que no habían experimentado antes es frecuente el desconcierto. También es común que pierdan el control de sus emociones fácilmente y al estar buscando un criterio propio, muchas veces rechaza violentamente todo lo que no encaje con éste.

 

¿Qué hacer? Aquí hay algunas sugerencias: Trata de evitar la crítica; ten paciencia, tu hijo(a) necesita tiempo para ir adquiriendo autocontrol; asegúrate de estar disponible y escuchar cuando se acercan, eso mantendrá más abierta la comunicación; procura flexibilizar algunos de los límites, porque de otra manera simplemente se los brincará; elige qué batallas vale la pena pelear, ya que lo natural es que sólo ganes algunas de ellas; trata de paulatinamente irle dando más responsabilidades y permitirle que vaya tomando sus propias decisiones.
Una última cosa: Para los papás, la adolescencia de los hijos es una carrera de resistencia, no de velocidad.

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