Tratamiento para displasia ectodérmica en niños

Existen muchas enfermedades que nunca hemos escuchado hasta que alguien de nuestra familia o nosotros mismos la padecemos; es entonces que buscamos enterarnos hasta del más pequeño detalle. Así pasa con la displasia ectodérmica, una enfermedad hereditaria muy rara que ataca a una pequeña parte de la población afectando a los tejidos originarios ocasionando desarrollo anormal en la piel, cabello, uñas, dientes y glándulas sudoríparas. Hoy médicos israelíes han empezado a desarrollar un tratamiento para ayudar a los niños que sufren de esta enfermedad.

En general esta enfermedad afecta a los varones, resultando principal y más notoriamente en la falta de piezas dentales. En Israel, profesionales expertos en odontología pediátrica comenzaron a desarrollar diferentes tipos de implantes dentales, ya que los niños que no tienen dientes difícilmente pueden comer alimentos sólidos o hablar bien.

Anteriormente cuando se presentaba este problema el dentista prefería esperar a que el niño estuviera física y psicológicamente más maduro para empezar con el tratamiento ya que a cierta edad los tejidos y los huesos se tornan más estables. Sin embargo no siempre era la mejor solución, pues psicológicamente desde muy pequeños los niños requieren de rasgos faciales definidos, para la propia personalidad y para poder encajar socialmente sin sufrir de burlas y abusos.

La ventaja del implante dental que se está desarrollando no solamente radica en que el niño podrá gozar de una apariencia más natural y normal, sino que podrá llevar una vida más sana alimentándose apropiadamente. Gracias a una serie de reuniones interdisciplinarias en donde se analizaban cuestiones como el tamaño y ubicación de los implantes dependiendo el caso que se trate, hoy tenemos la certeza de que el procedimiento necesario para hacer de los implantes un proceso accesible en todo el mundo, ha comenzado.

Adaptarse a los implantes tomará su tiempo, ya que las prótesis se instalan en las mandíbulas del niño, permitiendo que queden completamente fijos sin correr el riesgo de pérdidas o fracturas dentales. El proceso de adaptación al implante es un trabajo constante ya que con el día a día el niño se acostumbra a convivir con sus nuevas piezas dentales y aprender desde comer y masticar apropiadamente hasta hablar y sonreír sin problema alguno.

Gracias a este procedimiento el paciente ya no tiene que esperar a ser mayor para empezar con su tratamiento, lo que le ayudará a forjar una mejor relación consigo y con las personas que le rodean.

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