Hasta hace algunos años, contratar seguros de vida o un seguro de gastos médicos era casi una extravagancia que sólo podían permitirse unas cuantas familias. Lo cierto es que en la actualidad, con el declive de los servicios públicos de salud y el mayor acceso que las compañías aseguradoras dan de sus servicios, vale mucho la pena considerar adquirirlos.
Los seguros de vida son una garantía de que aquéllos que dependen de una personas, ya sean hijos, nietos o pareja, no queden desamparados en caso de fallecimiento. Los planes que existen hoy en día permiten una gran flexibilidad en el tipo de recursos que se pueden canalizar como pago del seguro, ya que éstos pueden ser destinados a sólo un propósito a la muerte del asegurado, como puede ser un fideicomiso que pague la educación de sus hijos.
Los seguros de gastos médicos se dividen en dos clases: gastos médicos menores y gastos medicos mayores. El primer tipo cubre las consultas con el médico familiar y de especialistas, así como medicamentos e intervenciones quirúrgicas simples, como partos, atención en caso de lesiones menores, etc. La segunda clase está destinada a hacer frente a complicaciones de salud más serias, aquéllas que requieren un tratamiento largo, así como intervenciones quirúrgicas especializadas. También cuando se requieren largos periodos de rehabilitación.
La seguridad que ofrecen los seguros de gastos médicos es la de tener la confianza de que se puede contar con servicio médico especializado sin la preocupación de que el costo del tratamiento signifique un sacrificio para la familia. Algunas enfermedades, como cierto tipo de cánceres o enfermedades crónicas como la diabetes, requieren de medicamentos y observación continua.
La adquisición de ambas clases de seguro (de vida y de gastos médicos) pasan por un estudio clínico de las personas aseguradas para hacerse una idea de su estado de salud y qué tipo de afecciones pueden aquejarlos, así como de sus costumbres alimenticias y si tienen vicios como beber o fumar. Todo esto sirve para evaluar la probabilidad de contraer alguna enfermedad especialmente costosa y, en base a los resultados, se estima cuál es el mejor plan de aseguramiento y cuál es su costo anual para el asegurado.
También se estiman los montos que se destinarán a las personas que quedan amparadas por el seguro. Igualmente, los términos de pago quedan explicados en un contrato, todo para que el contratante cuente con la certeza de que sus deseos serán cumplidos y que sus familiares contarán con una seguridad, al menos en lo económico.
