El ronquido infantil y su relación con problemas de conducta

Una de las condiciones más “comunes” y subestimadas es el ronquido, especialmente en los niños ya que muchas veces pensamos que es normal que ronque, especialmente si el pequeño está cansado, resfriado o sufre de una congestión nasal transitoria. Sin embargo, las causas frecuentes del ronquido se relacionan con el tabique desviado, sinusitis, rinitis alérgica, crecimiento de las adenoides o amígdalas, por lo que se requiere de un tratamiento antes de que se presenten otras situaciones más complicadas.

La prevalencia del ronquido en los niños en edad escolar es más alta de lo que creemos; estos niños podrían tener mayor riesgo de presentar problemas conductuales como hiperactividad, déficit de atención y depresión si no se les busca un método para dejar de roncar.

Un estudio publicado por la revista Pediatrics reveló que el 9% de 249 niños roncaban cuando tenían entre 2 y 3 años de edad y que eran más propensos a los problemas de conducta que los niños que no roncaban. Uno de los factores que protegía a los niños del ronquido es la lactancia materna y la atención oportuna de las enfermedades respiratorias, ya que la acumulación de moco en los senos paranasales puede ocasionarles infecciones recurrentes y sinusitis.

Los resultados de la investigación revelaron que la causa de los problemas conductuales ocasionados por el ronquido se relacionan con la mala calidad del sueño; los niños que roncan suelen tener problemas para comer: pueden “rumiar” los alimentos, demorarse demasiado o preferir las comidas blandas o caldosas, ya que suelen presentar una obstrucción que les dificulta la respiración al comer. Además estos pequeños suelen ser muy inquietos al dormir, babear tanto que mojan la almohada e incluso tener problemas de aprendizaje, atención y comportamiento en la escuela.

Si bien el ronquido puede ser normal cuando el niño sufre de un resfriado, debemos estar alerta si ronca constantemente, hace pausas respiratorias mientras duerme, respira por la boca la mayor parte del tiempo, tarda mucho en comer o no tolera los alimentos secos; además estos niños suelen enfermarse constantemente de sus vías respiratorias, sufriendo de tos, resfriados, fiebres repentinas (algunas son esporádicas y transitorias), hemorragias nasales y cuadros similares a los de las alergias, por lo que requieren de la revisión de un especialista para dar tratamiento oportuno.

Si su hijo ronca, no dé por hecho que es algo normal que todos en su familia lo hacen; el ronquido  implica una obstrucción respiratoria que hay que tratar, algunos niños podrían requerir cirugías para la desviación de tabique o para extirpar las amígdalas o adenoides.

Una visita al pediatra a tiempo puede ahorrarnos varias noches sin sueño.

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